El fragmento y la mancha: señas de identidad
Las ideas visuales se construyen desde el interior del pensamiento y desde el fondo del ser intuitivo; por ello, la mano es el conductor de la resignificación de los planos plásticos; y es esta comunicación entre el cerebro y el corazón, a través de la acción pictórica, lo que hace posible la acertada proyección del objetivo creativo.
En esta exposición, “El fragmento y la mancha”, es la mano de Mati Moreno quien nos guía a través de una selección muy personal con obra de dos etapas. Ambas aparecen conectadas por su visión del mundo, y en ellas, la metáfora de la identidad se proyecta a través de una línea de marcado carácter poético. Mati nos recuerda que se puede dialogar con el texto de la vida a través de la poesía de la línea y del misterio del impulso inconsciente, construido mediante el agua-mancha en su camino hacia lo imprevisto de la creación pictórica.
En su última serie, la mancha, Mati Moreno nos muestra, en forma de alegato silencioso y con un dibujo limpio y alegórico, una realidad esperpéntica donde el ser humano, mitad ser racional, mitad animal, se proyecta como un constructor o destructor de la esencia arquetípica que lo identifica. Además, el formato que Mati seleccionó para trabajar esta última serie (tarjetas de visita de gente real) le da un valor conceptual añadido a la reflexión plástica, pues activa la presencia metafórica del representado. Mediante este recurso, reconstruye los propios impulsos expresivos al adentrarse, de forma inconsciente, en la identidad del otro buscando la alteridad del espejo y la reflexión de su papel en el mundo que la rodea.
No cabe duda de que Mati seguirá preguntándose plásticamente sobre sus intereses creativos y disfrutando de los fragmentos de tiempo y placer que el trabajo plástico da a quien le es fiel por convicción propia.